A diez meses de que en México se inició la contingencia sanitaria por el Covid-19 en marzo de 2020, el escenario a futuro aún no es muy claro.
Nos enfrentamos a un evento global inédito en la historia moderna de la humanidad que afecta a todos los ámbitos de nuestra sociedad: económico, educativo, político, familiar, por lo que es importante preguntarnos ¿Cuáles son los retos y las oportunidades del campo mexicano ante la pandemia covid-19?
«No puede impedirse el viento, pero hay que saber construir molinos».
Proverbio holandés.
Todos los aspectos de la vida cotidiana se han trastocado por esta pandemia. Y, por supuesto, también ha deteriorado al sector primario, secundario y terciario de nuestra actividad productiva.
Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, se muestra que actualmente, a nivel de América Latina, no parece haber una disminución importante de la producción agropecuaria. Sin embargo, sí se han encontrado problemas relacionados con las ventas de la cosecha.
Esto último relacionado principalmente por dificultades en el transporte de la producción, una menor demanda de alimentos causada por disminución de ingresos y a un menor precio de venta. Además, un 50% de los agricultores consultados mencionó haber enfrentado obstáculos para obtener los insumos necesarios (principalmente debido a falta de transporte y un aumento en el precio), un 40% para obtener mano de obra externa y un 70% para transportar su producción, siendo este último el problema más frecuente.
En el caso de México, estamos enfrentando grandes retos, los cuales van desde un entorno global complicado por la pandemia de Covid-19, la caída del precio del petróleo, por mencionar algunos, hasta los problemas internos como la falta de políticas y programas públicas para enfrentar la contingencia sanitaria, según el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA).
El Covid-19 se suma a una situación que ya de por sí era compleja, por la sequía extrema que hubo en varios estados, aunado a la paralización económica, la baja en los consumos y la nula respuesta para la restructuración de créditos para reactivar la economía en el campo.
¿Cómo ha afectado?
Esto se ha visto reflejado en la producción de alimentos en una disminución severa en la producción de frijol, maíz, soya, sorgo y en otros cultivos, incluyendo frutas y hortalizas, es decir, será una disminución muy drástica, severa e impactará en los costos de la canasta básica. Es posible que se tenga que importar muchos de estos productos lo que afectará la economía familiar. Si bien es cierto, la necesidad de alimento es incesante en circunstancias de emergencia sanitaria, surgen complicaciones que podrían dificultar el abastecimiento de éstos.
En México se declaró al sector alimenticio y agropecuario como parte de las actividades esenciales, lo que ha permitido a estas industrias mantener su producción sin mayores dificultades. La agricultura no se detiene, sigue trabajando toda la cadena desde la producción de semilla hasta el consumidor, aunado a la operación de más de 27 mil puntos de distribución de la canasta básica en zonas vulnerables del país.
Sin embargo, el cierre de restaurantes y servicios representa un problema para el sector primario de la agroindustria. Si bien las personas continúan consumiendo maíz y trigo en sus casas, la venta de algunos productos frescos se ha visto afectada por la contingencia sanitaria México mueve el 95 por ciento de sus mercancías por camión.
¿Qué es lo deseable?
Hay líneas que han parado completamente, lo que genera algunos problemas de abasto en zonas rurales, sobre todo las más alejadas. El problema es que, entre el tema logístico, de disponibilidad de personal y la demanda, hay fracturas en las cadenas de suministro que no han podido mantener la regularidad. Si bien se mantiene operando casi con normalidad la Central de Abastos, y otros centros de abasto a mayoreo, en algún momento podrá ser más la velocidad de la oferta que la demanda. Los meses más complicados están por venir.
Las acciones se deben:
- Concentrar en asegurar el abasto
- Cuidar la salud de los trabajadores involucrados en la producción
- Garantizar el transporte de los insumos
- Esperar a que el tipo de cambio se estabilice.
El sector agroalimentario en México tiene bases para resistir y ver con esperanza la ganancia a futuro, tanto para la exportación como para el mercado interno.
Nosotros, Servicios de Ingeniería de Riego, como parte del sector agrícola, estamos comprometidos con todos nuestros clientes para seguir ofreciendo los mejores productos, a los mejores precios, para que nuestro campo mexicano se siga fortaleciendo y todos superemos estos tiempos tan inciertos.
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